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agosto 09, 2010

Memorias de una chica confundida y vagamente enamorada -Recordando el pasado.

Memorias de una chica confundida y vagamente enamorada

-Recordando el pasado-


De nuevo, esa chica estaba ahogada en pensamientos y buscando respuestas pero esta vez no estaba inmóvil, su cuerpo temblaba en la cama y se oían pequeños sollozos ahogados por la almohada; repetidamente se decía en voz baja que era una tonta y repetidas cosas despreciándose a ella mima. Estaba muy triste. De nuevo su corazón le había nublado la vista…


¿Cómo fue posible? ¿Por qué a mí? ¿Cómo me pude haber dejado?

Esas entre otras preguntas similares pensaban en su rincón sin dejar de llorar, pensando en el pasado…


Yo…la amaba tanto, yo deje muchas cosas por ella, yo…yo la elegí a ella en lugar de él y ¿así terminara todo? Yo te di mis más puros sentimientos sin interés alguno aunque… ¿Qué podía desear de ti aparte de tus labios? En verdad no tenías nada, yo era la que tenia las cosas materiales y al parecer supiste aprovecharme dándome una oportunidad, una felicidad inmensa me lleno en ese momento pero sin darme cuenta un vacio se fue formando a la vez dentro de mí, dentro de mi corazón, ¿Por qué?, Si tú eras la persona que quería alado mío

¿Por qué de pronto esta sensación de vacío?


Cada día transcurría y todo mi tiempo, interés y atención eran solo para ti y el tuyo, quien sabe, solo estabas conmigo por problemas de adaptación entre las demás, mis amigas. Al principio no fue nada raro pero ellas me decían que solo te aprovechabas, solo querías mi dinero, cosas, etc. Todo menos a mí, decía que no era cierto, no quería creer la cruel realidad. Repetidas veces pensé en preguntártelo, quería oír como lo negabas, una negación amorosa obvio esta; llego ese día, te pregunte y lo negaste no tan amorosamente como esperaba pero lo negaste y tu tono fue sincero a mi parecer.


Al mes tu siempre venias a mi casa a cenar juntas y pasar un rato después del colegio. Una tarde en la que salimos temprano y mi familia no llegaba hasta dentro de 3 o 4 horas, como la niña inocente te invite a jugar y tu aceptaste, pediste el cuarto con la cama y no el que no tenía nada más que sillas donde sentarse, fuimos y al cabo de unos minutos…pasaron cosas que no debieron haber pasado, recuerdo a duras penas haberme negado, tratar de alejarte y disuadirte, no quería hacerlo, no ahora, no contigo, pero tus besos me quitaban fuerzas, tu mirada me hipnotizaba, tu olor me tranquilizaba pero no me idiotizaba, estaba consiente aun de que no quería ser “abusada” por ti, sabias lo que tenias y el efecto que causabas en mi, supiste usarlo…chica pervertida, eras mayor que yo por un año y pronto por dos, lo habías logrado, no me estaba gustando, solo veía hacia un lado muy apenada y con una mueca de “quiero que esto acabe pronto”. Acabo y seguimos normal, sínica.


Ese recuerdo aumento el llanto de la chica, de nuevo esa sensación, se sentía usada y manoseada, manoseada por una mujer y su propia pareja, eso era el colmo.


Ya no deseo recordar eso…su mente la llevo a los últimos días, 3 días antes de terminar siendo parte de una infidelidad y cruel rompimiento. Cabía en cuenta de que su pareja le era infiel con otra, lo hacía enfrente de mi cara y yo no decía nada, esperaba y como siempre tus besos me quitan fuerza ante ti, nublan más mi vista hacia la realidad.


Pocos días después parecía un final feliz el que tendría, te quedaste a dormir en mi casa, lo recuerdo era 14 de febrero, irías a una fiesta pero en vez de eso me preferiste a mí, sorpresa y alegría invadieron mi ser. Al llegar la noche parecía que no sería un final tan feliz, tuvimos una pequeña pelea de la cual mis palabras finales antes de ir a dormir te hicieron enternecer; empezaste tus sucios actos de nuevo, esta vez yo si quería, no como la vez que me negué, a este punto ya me habías pervertido, ya me habías hecho adicta a tu cuerpo y esa noche fue la del adiós, confesaste que aun pensabas en “la otra”, sabía que no debí preguntar pero ¿Qué más puedo hacer? Te deje ir y me libre de ti, el vacio de mi corazón de pronto se empezó a llenar ¿de qué? Ni yo tengo la mas mínima idea, inconscientemente sabia que no te amaba, que solo eras un capricho mío y yo uno tuyo.


Las lagrimas cesaron y la chica se seco los ojos con las mangas de su pijama, entro en cuenta de que lloraba por nada, lloraba por haber perdido las caricias de esa mujer y no por haberla perdido a ella, extrañaba sentir el calor de su cuerpo no el calor de sus sentimientos, se sentó en la cama y una leve sonrisa apareció en su rostro mientras de decía que lo superaría pronto y le serviría como experiencia, no dejarse usar de nuevo y no dar todo de una vez.


Se dejo caer de nuevo a la cama, volteo y había una foto de ella, la vio detenidamente ¿Qué le vi? No es bonita, no es fea pero ¿Qué le vi?, dejando para algún día esa pregunta se levanto y tiro esa foto, no quería conservarla, ni las fotos ni las sensaciones, los recuerdos se irán poco a poco si lo deseo; volvió a la cama, vio la hora y decidió que era hora de dormir. Esa noche fue diferente a la demás, esa noche se dio cuenta que no lloraba por ella si no por lo que hacía, se dio cuenta bastante tarde pero lo importante, se dio cuenta, cerro sus ojos con una sonrisa en el rostro y abrazando la almohada como siempre…


“Abrazar esta almohada es más reconfortante que abrazarte a ti…” las ultima palabras antes de emprender el sueño para esperar con brazos abiertos la llegada de un nuevo día.


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